
Una de los objetivos más importantes del Museo de Sitio Túcume, como entidad del Instituto Nacional de Cultura tiene que ver con la Conservación del patrimonio cultural y natural de la zona. En este sentido, el Museo promueve, organiza y ejecuta programas de conservación e investigación científica con la finalidad de obtener y proporcionar la información necesaria para su difusión posterior tanto a la comunidad local como a la nacional e internacional. Esto nos permite igualmente planificar y priorizar la ejecución de acciones de conservación y restauración tanto de los monumentos arqueológicos e históricos, como de nuestros bienes muebles, garantizando de esta manera su preservación en el tiempo y en el espacio.
Túcume, se ubica en uno de los Valles más fértiles de la Costa Norte y conserva en su entorno inmediato, relictos de bosque seco caracterizado por la presencia de flora y fauna nativa. Es posible apreciar en nuestro recorrido, dentro del complejo de pirámides más extenso de la región y del país, especies arbóreas endémicas como el algarrobo, faique, pay pay y arbustos menores como el vichayo y el cuncuno, cuyo uso en el pasado y en el presente aprovecha entre otras, sus propiedades medicinales. Túcume, es una unidad cultural y natural que muestra además una comunidad campesina viva consciente de sus valores, que espera la llegada de los visitantes para mostrarles orgullosos las reliquias de su pasado milenario.
Una de las estrategias para lograr el desarrollo integral y sostenible de nuestro pueblo se concentra en la preservación, protección y defensa del patrimonio en su conjunto, de tal manera que la población organizada en “Juntas vecinales” nos ayuda en esta tarea, mediante rondas interdiarias en toda el área arqueológica, fortalecidas con la participación del Policía Nacional del Perú y en coordinación con los arqueólogos de nuestro Museo.
EL VIVERO DEL MUSEO
Hemos comenzado a desarrollar un pequeño vivero que tiene como base las plantas propias del ecosistema de los bosques secos de la costa norte en el Perú. Pero también viene desarrollando un pequeño jardín con plantas medicinales que espera ampliar paulatinamente. Este vivero ha permitido, luego de las últimas lluvias, conservar y manejar paulatinamente extensiones cada vez mayores de bosque en los contornos del complejo arqueológico, creando una cercadura verde con especies nativas y ornamentales que proporcionan un paisaje agradable y a la vez permitirán actividades de apicultura y la recolección de los frutos de algarrobo (Prosopis pallida) que permiten a la comunidad transformarlos en un concentrado muy nutritivo llamado “algarrobina”, promoviendo además, la producción de vino de miel de abeja y polen.
Con el vivero, se desarrollan talleres para la preparación de abonos orgánicos utilizando desechos que el mismo bosque y los cultivos tradicionales producen.
INVESTIGACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO
El proyecto presta mucha importancia a las tradiciones locales, en los siguientes aspectos: tradición oral, tecnologías tradicionales (textilería, cocina, arquitectura), shamanismo y religiosidad popular. En estos campos, se está desarrollando una actividad permanente de investigación que ha dado paso a diversas publicaciones en medios diversos a nivel local, regional, nacional e internacional.
El Club de Turismo, integrante de ACODET organiza anualmente el festival y concurso de la danza: Los Diablicos de Túcume, parte de un teatro religioso asociado a la festividad de la Purísima Concepción, patrona del distrito, cuya antigüedad se remonta al siglo XVII. Asimismo ha organizado el concurso de “Tradiciones de mi pueblo” cuya primera versión ha sido publicada en un pequeño libro, en el que aparecen los textos ganadores en varias categorías.
Recientemente, el Museo de Sitio ha publicado el libro: “Dioses Encantos y Gentiles, Introducción al estudio de la tradición oral lambayecana” escrito por Alfredo Narváez. Este trabajo se ha realizado como producto del esfuerzo de estudiantes, profesores de las escuelas del valle y campesinos de la zona. El estudio comparado –a nivel andino- de estas tradiciones, ha sido realizado por el Director fundador del Museo de Sitio. El material documentado y publicado sirve a los fines de la oficina de educación para promover cuentos y leyendas locales en los niños y visitantes.
Por estas razones, el equipo científico del Museo orientó el proyecto arqueológico hacia una acción educativa permanente en la comunidad. Esto fue facilitado por las fuentes de empleo creado por las excavaciones arqueológicas que beneficiaron a cerca de 100 familias y permitía tener un acceso mayor. Se desarrollaron cursos de capacitación para estudiantes y docentes y se inició un lento proceso de sensibilización de las autoridades locales, lográndose, a pesar de las dificultades, una aceptación paulatina, cada vez mayor, que tiende a consolidarse. El proyecto arqueológico finalizó a fines de 1994 e inmediatamente se preocupó por difundir los resultados de los trabajos de campo, publicándose un primer libro en versión inglesa editado en Londres en 1994 por Thames and Hudson y en 1995 una publicación peruana en español, editada en Lima por el Banco de Crédito del Perú (ver publicaciones)
Al mismo tiempo, pensando en la propia comunidad y su futuro desarrollo, el proyecto arqueológico dio inició a las gestiones para la construcción de un Museo de Sitio, institución que le daría continuidad al programa científico y apostar por la conservación del patrimonio con criterios de sostenibilidad. En la estrategia del proyecto, el Museo debería convertirse en la visagra o puente entre el fin del programa de excavaciones con apoyo externo y el inicio de una época basada en sus propios recursos para liderar el desarrollo cultural de la comunidad. En 1993 se logró culminar con el proyecto constructivo con el aporte del entonces Fondo de Promoción Turística (FOPTUR) y la Museografía incluyó no solamente aspectos resaltantes de la investigación arqueológica, sino la cultura viva, la continuidad cultural o el vínculo del pasado con el presente, tratando de ver a reflejada a la comunidad en el Museo, ligándola con sus ancestros prehispánicos. Esta es la razón de ser de la Salas de exposición tituladas: “Mil años de tradiciones tucumanas” en las que se enfocan de manera resumida aspectos como los de cocina, vajilla, dieta, textilería y religiosidad.
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