Las pirámides de Túcume son notables por su extraordinario tamaño: según
estimaciones, más de 130 millones de ladrillos de adobe secados al sol fueron
necesarios para construir la más grande de 450 m de largo, 100 de ancho y 40 de
altura.
A diferencia de las de Egipto, las pirámides de América del Sur y Central
no poseían puntas, pero sí grandes plataformas donde se situaban los templos.
Según mitos y leyendas, cada peldaño de la pirámide representaba una fase
de desarrollo en la vida humana, la cual tenía que ser disfrutada plena e
integralmente. La subida era penosa y al llegar a la cima, se lograba un
espíritu elevado y la ceremonia en aquel tiempo era un acontecimiento festivo
en la vida de aquellos seres humanos.
HUACA LA RAYA:
Es el centro
arqueológico, al que la población local denomina El Purgatorio o Huaca La Raya,
está formado por docenas de pirámides prehispánicas de considerable tamaño, que
lo convierten en uno de los sitios arqueológicos más grandes de América.
Un conjunto de mitos siguen asociados al sitio (como la leyenda que evoca
la existencia un ser gigante parecido a un pez raya, aprisionado en el cerro, justo al centro del conjunto de pirámides; huella
de los dioses del pasado y que hacen de éste un cerro encantado) lo que
dificultó mucho las labores de investigación arqueológica, demostrando que las
creencias forjadas en el período precolombino siguen profundamente enraizadas a
siglos de desaparecidas las condiciones socio-económica de su construcción.
PIRÁMIDES:
La pirámide de mayor tamaño (Huaca Larga) tiene 700 m de longitud, 270 m de
anchura y 30 m de altura. Otras alcanzan los 10 a 15 m de altura. A diferencia
de las pirámides egipcias, las pirámides americanas forman grandes plataformas
superpuestas y no acaban en punta, sino que en la cima se sitúan los templos
(pirámide trunca). Actualmente las pirámides de Túcume, al igual que otras
similares de la costa norte peruana, se ven amorfas, y simulan ser grandes
promontorios o cerros naturales, cuando en realidad tenían originalmente formas
geométricas; ello se debe a los estragos de las lluvias torrenciales, que
periódicamente azotan la región como efecto del fenómeno del Niño.
A estas pirámides se accedía mediante rampas. Al pie se encuentran restos
amurallados y cementerios. Sobre algunas plataformas piramidales se hallan
construcciones de estilo inca, evidencia de la conquista incaica de siglo XV.
El material básico de construcción es el adobe rectangular pequeño. Las
paredes estaban revocadas y en algunos sectores pintados con hileras de aves y
otros motivos.
Entre estas numerosas pirámides o huacas destacan las siguientes:
Huaca del Pueblo o Huaca Grande (situada en el lindero oriental del pueblo
de Túcume).
Huaca Mirador (llamada así porque desde su cima se tiene una vista
panorámica del valle).
Huaca de las Estacas.
Huaca Larga.
Huaca Pintada.
Huaca Las Balsas.
TÚCUME TIERRA DE LA CULTURA MOCHE:
La cultura Moche se desarrolló principalmente en la costa Norte del Perú en
los departamentos de Lambayeque y La Libertad, aunque sus manifestaciones
llegan hasta los departamentos de Piura por el Norte y Ancash por el Sur.
Se trata de una cultura básicamente costera, que se asienta en una región
única en el Perú donde la costa es bastante más ancha que en el resto del
litoral peruano, donde los valles suelen ser bastante angostos y de poco
potencial agrícola.
Al ser esta costa de mayor tamaño permite la formación de valles sumamente productivos
por la cantidad de agua y facilitando la aparición de manifestaciones
culturales de gran envergadura como las de Moche.
"Cuando vine cruzando el bosque de algarrobos aislados de cultura,
pensé que estaba soñando. Nunca había visto algo así antes... el más grande
complejo de estructuras monumentales de adobe en el nuevo mundo: 26 grandes
pirámides y muchas otras menores agrupadas dentro de un sitio sagrado de 500
acres. Me sentí literalmente de otro planeta, no había nada como estas extrañas
y colosales ruinas en nuestra propia y familiar tierra".
Así describió Túcume el aventurero noruego Thor Heyerdahl (quien en 1947
logró llegar en una balsa, el famoso Kon Tiki, desde el puerto del Callao hasta
las islas de la polinesia), en 1987 cuando el arqueólogo Walter Alva lo llevó
al sitio.
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